Es una buena cosa Sonny es tan sediento de esperma, que tiene dos doms que necesitan sus pollas bien trabajado y sus cargas de esperma tiro, no van a dejar hasta que haya tomado todo en su cara linda. Los tíos cachondos se unen para compartirlo entre ellos, su amigo esposado se ve obligado a chupar sus pollas chorreantes y a tragar su precum goteante antes de que cada uno de ellos le meta un trago en su agujerito apretado. A cambio, le masturban y le hacen un pequeño beso negro, pero ellos no necesitan hacer mucho más que follárselo y alimentarlo con sus grandes y carnosas herramientas, llenándole los agujeros con sus palpitantes centímetros y terminando con una doble descarga de semen joven y caliente justo en su cara. Le encanta el sabor del semen fresco tanto que su propia polla sin cortar no tarda en chorrear su jugo en su mano, el sabor del esperma en sus labios mientras el suyo brota de la cabeza de su polla hinchada.

Sly Conan, un chico en forma, está al acecho cuando Cesar Rose, delgado y con un cuerpo gemelo, le llama la atención. El chico tarda un rato en darse cuenta de que le están acosando, pero todavía parece no tener ni idea de lo que realmente busca el guapo muchacho. Tal vez sepa que busca sexo, pero no parece darse cuenta de que está a punto de convertirse en el esclavo sexual de Sly. Cuando el joven se queda a solas se abalanza, agarrando al joven Cesar y atándole las manos, mostrando su carnosa polla y metiéndosela en la cara al chico. No es que César sepa que debe obedecer, es que no quiere defenderse. El sabor del precum que se filtra en su boca hace que su propia polla se abulte y rezume un jugo transparente, y se queda con ganas de más. Agachado, con el culo a la vista, recibe una agresiva digitación, pero los dedos de su interior sólo le preparan para la cruda embestida que Sly está a punto de propinarle. El chico es follado poderosamente por detrás y grita, su tormento se mezcla con el placer mientras lo toma, su polla rebota y brilla. Cuando el guapo dom se ha hartado de su agujero, se retira para ofrecer el último acto de propiedad, disparando cuerdas de semen sobre la cara de su cautivo, una acción que pronto tiene César masturbando su propia crema pesada.