Tony lleva quince días trabajando para una empresa de decoración de pisos. Se acuesta con dos tipos que son unos paletos grandes y nerviosos. Les tiene un poco de miedo porque son malhumorados y se pasan el tiempo menospreciándole. Quiere conservar su trabajo, pero comete muchos errores torpes y sus compañeros le desprecian por ello. Cuando vuelve a cometer un error, aprovechan para hablarle mal de él. Exploran sus límites dándole sus pollas para que las chupe. Tony accede sin inmutarse e incluso les da por el culo. Se comporta como una perra dócil y a los matones les encanta.