En la segunda parte del vídeo, el árabe hetero sigue utilizando la boca de Kevin como si fuera un juguete. Su polla gruesa y sin cortar entra y sale sin piedad de la garganta del jovencito francés. Kevin mira fijamente a los ojos de su amo mientras se la chupa, con la lengua trabajando duro en esas bolas pesadas, completamente sumiso. El macho alfa callejero lo maneja como si fuera su propiedad, sin vacilaciones ni pausas. Pone a Kevin en el suelo, contra el coche, pegado a la pared, con el agujero abierto de par en par y el árabe machacándole hasta el fondo, una y otra vez. A Kevin le encanta cada segundo, embriagado por el olor a sudor, cuero y testosterona pura. Es crudo, sucio y real: un matón dominante que utiliza a un chico blanco como si fuera un trapo para correrse, imaginando que se está follando a una chica. Kevin no se resiste, quiere más. Totalmente sumiso, follado duro.